Como muchos, aseguró que el Cabezón "está en su mejor momento". Y destacó: "Se ha soltado y ha sacado el conductor que tiene adentro. Es uno de los más carismáticos y representa en general a todos los argentinos. La gente quiere divertirse".
Además, en un reportaje en el programa Mónica y César, en radio Del Plata, contó que una vez que renunció a su cargo en Telefe, tuvieron un encuentro: "Fuimos a comer un día por abril, cuando ya no éramos competidores".
Por otro lado, Villarruel analizó la televisión argentina y consideró: "Hay que desolemnizar un poco la tele. Al haber tantas carencias institucionales, la televisión ha ocupado un lugar que no debe ni quiere ocupar, porque en el fondo es un negocio".
"La televisión, por suerte, todavía no es obligatoria. Pero nosotros dirimimos las cuestiones de la Justicia en la televisión, somos así", observó en relación a la puja entre el Grupo Clarín y el Gobierno.
Además, defendió la existencia de programas con editoriales oficialistas como 6-7-8: "¿Cómo vas a hacer si no tenés un medio para retrucar la reconstrucción de la realidad virtual que generan los medios, que tienen como fin hacer negocios? Disfruto mucho de ver cómo bajan línea TN, 6-7-8 o Víctor Hugo. Me parece una señal de salud que aparezcan programas políticos en la televisión abierta. Porque la discusión es política".
De cara al debut de Caín y Abel, la nueva ficción de su productora, ON TV, Villarruel sostuvo: "La televisión es azar. Nunca sabés si algo va a pegar o no. Y el minuto a minuto sirve sólo para los programas en vivo. Es un tester de la intuición".
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