Friday, September 3, 2010

DIAS DE RENUNCIAS EN LA TELE.

Días de amenaza constante se viven en esta televisión inestable, en donde, al mínimo desajuste, el cuelgue de botines parece ser la salida más certera. La renuncia, o su amenaza, sirve: para despegarse de un programa poco exitoso, obtener privilegios, cambiar condiciones u obtener un minuto de fama.

Transcurre frente a nosotros la era de la renuncia. Día tras día aparecen nuevos adeptos a esta manía de abandonar barcos, antes de llegar a tierra firme. Algunas se concretan y otras quedan en la nada, pero de tanto mencionar el término, su sentido pierde contundencia.

En realidad la renuncia es, por definición, una despedida voluntaria. No obstante, todos aquellos que echan mano de su recurso, lo hacen motivados por un disgusto: real o recreado. Bailando 2010 es el terreno más elegido para poner en práctica este "derecho".Aún así, la mayor parte de los anuncios se quedan en la línea de la amenaza.

Ricardo Fort abandonó su silla, anunció su retirada y se fue a Miami; consiguió una reunión con Tinelli, pidió privilegios, la incertidumbre impulsó el rating y terminó volviendo.

También amenazaron con irse la Mole Moli, Carmen Barbieri, Flavio Mendoza y Graciela Alfano. Todos y cada uno de ellos, lloraron, patalearon, dijeron que ya no más Ideas del Sur en sus vidas, y al otro día se arrepintieron.

Pero la tendencia no se agota en las huestes de Marcelo Tinelli; el hilo del arretel también llega a otros personajes de la TV. Envuelve a Animales sueltos y sus dos tipos de renuncias: una, certera, la de Martín Ciccioli, y la otra, falsa, la de Flavio Mendoza.

Nobleza obliga decir que la precursora de esta "movida 2010" fue Florencia Peña, que cuando sucumbía el pánico en Botineras y la historia debía oscurecerse, no se sintió a gusto y "se tomó el buque".

Igual camino siguieron Miguel Ángel Rodríguez y Susú Pecoraro, que se despidieron de Alguien que me quiera cuando dejó de ser "la apuesta del prime time", y Arturo Puig, que se bajó de Secretos de amor, cuando su participación no daba para más.

"Me voy" es la frase que más resuena en los pasillos de la TV. El escapismo es el arte, pero también la estrategia: para eludir, para salvarse, para pedir o para ascender.

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